miércoles, 18 de septiembre de 2013

Al fin alguien que me gusta. Andrew



白茶.

A donde sea que vaya pareciera que el tiempo me persiguiera. Caminando por las calles sin ningún destino fijo aun esperando que algo suceda. Algo que repentinamente cambie el paisaje que tengo por delante. A donde sea que voy, pareciera que el tiempo me torturara. Lo único que quiero es salvarme.

La gente a mi alrededor no vendrá, porque ellos no saben. Algunos trataran de perseguirme, ya varios lo han intentado pero, varios se pierden en el intento, se dan por vencidos, no comprenden y luego siguen otro camino.

Caminando por las calles en la tarde viendo las hojas moverse, escuchando al viento pasar por entremedio de los espacios vacios, colándose en la intimidad de los hogares. Sentado en la solitaria banca verde viendo fijamente al suelo, solo pensando en lo que merodea por tu mente, siguiendo la dirección en la que ello te lleva. ¿A dónde termina? ¿En donde siquiera empieza?

Teniendo una lluvia de sentimientos negativos en tu corazón y no sabiendo qué hacer con ellos. Queriendo expresarte pero no saber cómo ni a quién exactamente. Perdido en una tormenta que no parece tener fin.

Detenerse en medio de una caminata por la vereda, levantando la cabeza para apreciar las nubes y pensar que pronto va a llover. La estación de lluvias. La gente corre a refugiarse del agua, coge sus paraguas y toma montañas de café, usa abrigos 2 veces su talla y cubre sus cabezas con bufandas y gorros. Me gusta la estación de lluvias.

Caminar el par de cuadras que te toma llegar al metro mirando hacia el cielo nublado con los ojos entrecerrados debido a las suaves gotas que caen sobre tu rostro y sonreír. Anhelo.

A pesar de que la gente dice amar la lluvia, no es cierto. Ellos mienten.

jueves, 13 de junio de 2013

Feliz Cumpleaños

imperfections the new perfect | via Tumblr.

Ayer (hora actual 00:52 a.m) Cumplí 19 años. Un año más de todo un poco. Este año es  más feliz, he de admitirlo, he recibido mucho cariño, muchas sorpresas y alegrías. También he de mencionar que continúo soltera pero también que estoy más optimista.

Mis amigas me han celebrado con una fiesta sorpresa en mi casa. Hemos comido, bebido, reído y disfrutado el rato juntas. Me han alegrado el día de mi cumpleaños. Siento que las quiero más.

Sinceridad: creo estar encontrando mi escencia. Cada vez estoy más cerca de encontrarme a mi misma, y eso disminuye mi ansiedad. Sé quién soy, qué me gusta, qué es lo que quiero, y a quién quiero. Conozco mis anhelos, mis metas y sueños. Sé lo que quiero cumplir y a dónde quiero llegar. Quizás no exactamente, pero si tengo la idea. Quiero avanzar.

miércoles, 12 de junio de 2013

Un amor que perdure

Checkmate. ✔ | via Tumblr.



Estaba aburrida. ¿Qué se supone que debía hacer ahí? Todos tomaban pequeñas porciones de los distintos canapés que estaban repartidos sobre una mesa larga y  grande posicionada a un costado del salón, mientras que en la otra mano sostenían un vaso el cual contenía una especie de licor burbujeante. Champagne creo.

Este tipo de reuniones era común entre las personas de alto nivel, en donde sacaban a relucir sus pertenencias y logros vacios. Los nacidos más allá del centro de la cuidad estaban acostumbrados a ellas, pero para mí era sumamente extraño el solo hecho de estar ahí parada. Era mi primera vez viendo a estas personas vanidosas compartir una tarde todas reunidas, sinceramente encontraba que todas ellas eran tan poco humanas como lo eran las peores bestias en los cuentos de hadas.

En fin, camino hacia la mesa llena de bocadillos con el plan de tomar el último de ellos y así hacer valer mi tiempo gastado allí para acto seguido desaparecer rumbo a mi hogar… pero algo robó mi atención en el camino a concretar mi estrategia.

Salió como de la nada. No había notado su presencia en la habitación. ¿Cómo podía ser eso posible? Era un chico alto, de cabello oscuro. Me parecía que tenía un aire relajado alrededor de él. Todo él me hace pensar que es una especie de amador de la vida, del café y de la tranquilidad de leer un buen libro. Llevaba lentes con un marco negro y en sus mejillas apenas se apreciaba ligera una barba de dos días. Aunque llevaba puestos los lentes parecía no necesitarlos, quizás eran solo de descanso. ¿Por qué estaría usándolos en esta ocasión? Algo en el me atraía, me hacía sentir curiosidad. Estaba vestido casualmente mientras hablaba con un chico de estilo similar y al lado de este, una chica con cabello largo y claro.

Me cuesta admitirlo pero, el era la persona más interesante en ese lugar. Si lo hubiese visto en la calle no hubiese pensado siquiera que él asistiera a este tipo de reuniones. Pero quién soy yo para juzgarlo.

El estaba a unos cinco pasos de distancia de la mesa con comida así que me envalentoné y caminé hacia donde estaba él. No me atrevería a mirarlo de frente, mucho menos a hablarle, pero eso no evitaba mi deseo y curiosidad de querer escuchar su voz. Antes de poder tomar lo que fuera que estuviera enfrente mío en las bandejas escucho a su amigo preguntarle algo sobre qué había hecho el día anterior.

-nada interesante en realidad….- admitió.

Fue solo una frase corta pero bastó para aumentar mil veces más mi interés. Dicen por ahí que la voz de un hombre es como droga para una mujer. Nunca antes había estado más de acuerdo. Su voz hacía eco, profunda y varonil, en mis oídos, desearía que la frase hubiese durado más de lo que realmente lo hizo, así podría recordarla por más tiempo y no me obligaría a anhelar por más.

Ciertamente me estaba dejando llevar demasiado, él era una persona de la cual recién sabía su existencia. Estaba siendo muy atrevida al escuchar su conversación y más aún al desear saber más. Mi mente me reclamaba que qué estaba haciendo, pero mi corazón repartiendo la adrenalina a través de mis venas latiendo cada vez más rápidamente me alentaba a continuar.

-¿Va a probar usted aquel panecillo, Srta?- me pregunta un camarero recién llegado para sustituir las bandejas vacías por unas nuevas repletas de nuevos degustes. En frente mío quedaba un panecillo solitario en una bandeja y yo, como una idiota, estaba parada con mi mano alzada en su dirección, delatando mi intención de tomarlo.

No me atreví a decir algo, simplemente lo miré y sonreí como disculpándome mientras arrebataba el bocado hacia mi boca. Palta. Amo la palta.

Giro mi cabeza para ver en dirección a quién arrebataba mi juicio unos segundos atrás pero él ya no estaba allí. Lo que fácil viene fácil se va, o eso pensé para mí misma. Ya era hora de volver a casa.

jueves, 6 de junio de 2013

sábado, 1 de junio de 2013

Mi vida se ha detenido y ha vuelto a su curso normal en un latido

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Acabo de terminar de leer Delirium.... y mi vida ha terminado y ha vuelto a retomar su rumbo, todo en frente de mis ojos y los de mi familia, en solo un instante. Me he dado cuenta, una vez mas, de la falta de romanticismo existente en nuestro mundo actual, de lo poco que nos detenemos a sentir y de lo mucho que nos dedicamos a "sobrevivir".

 Es increíble como Lauren Oliver (la Autora) relata todos los sentimientos de Lena (la Protagonista), como ella ve y persibe el mundo y, tambien es increíble cómo puedes llegar a sentir puro AMOR por un personaje (Alex), que te llena de alegría, que te acompaña durante la tarde, que te consuela en tu aburrimiento y ganas de vivir su mundo mientras lees. Y es que puedes sentir tantas cosas mientras lees... tantas emociones; alegría, tristeza, desesperación, angustia, regozijo... aaaaw realmente lo disfruté y no puedo esperar por leer Pandemonium (el segundo libro).

Amé con todo mi corazón a Alex, y lo volveré a amar, una y otra vez, en los siguientes libros y cuando me vuelva a leer Delirium... "Quiero que sepas que te has convertido en uno de mis personajes masculinos favoritos, figuras el segundo en la lista para ser exacta, justo después de Christian Grey".

El amor que Alex profesa por Lena, y el que a su vez ella profesa por Alex.... me inspiran de una sobremanera, y me hacen percatar la falta de romantisismo en mi existencia, de la falta de necesidad que tengo por ese alquien al que nombran "mi otra mitad", de que me falta tanto por vivir y que tengo tan poco tiempo para vivirlo. Me doy cuenta de que las parejas hoy en día carecen de ese amor romántico imperante en las novelas, que sobra lo carnal y falta la emocion, los  sentimientos, el tacto por calor y proteccion y no solo por deseo.

Quizas pienses, y hasta algunos digan que el amor de Novelas no existe, que es solo eso: una novela, que no puede existir en la vida real, pero yo no creo eso.....
Si alguien lo escribió es porque puede existir, dicen por ahí que si lo soñaste, si esta escrito, si existe alguien que siquiera pensó en eso, es que puede ser real y suceder en cualquier parte del mundo, en cualquier época de la historia, en cualquier segundo. Y yo creo en eso...

Quizás aún no lo vivo, aún me falta mucho por vivir, pero: hey! yo puedo amar de esa manera, abrazar para trasmitir mi amor, proteger a quién amo, dar mas que recibir.. incluso sin que importe salir herida, creo que.. si es que algún día soy bendecida con un amor, amaré de esa manera.... Pero soy  honesta, no se lo diré al afortunado c:

viernes, 31 de mayo de 2013

Alex


"-¿Por qué te importa? -digo, apenas un susurro.
-Ya te lo dije -susurra a su vez. Siento su aliento que acaricia el espacio detrás de mi oreja; haciendo que se me erice el pelo de la nuca-. Me gustas.
-¡Si no me conoces! -digo rápidamente.
-Pero quiero conocerte."

Delirium (Lauren Oliver)

jueves, 30 de mayo de 2013

Sueño

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“Caminábamos, mucha gente desconocida y yo, por una especie de carretera rural. El camino era todo de tierra y estaba rodeado de árboles por los costados. Éramos como 20 personas caminando por un espacio en dónde, con suerte, cabía un auto (aunque no parecía como si el camino fuera usado para ello).

Era un día caluroso, todos parecían cansados y sedientos, cada uno pensando quizás que cosas, y es ahí cuando me di cuenta: no iba sola en mi viaje. Me acompañaba un chico que parecía de mi edad, con pelo corto y negro, el cual me hacía pensar estaba a cargo de mi seguridad.

No sé muy bien a qué hora exactamente, pero me atrevería a decir que parecían cerca de las 4 o 5 de la tarde a juzgar por la postura y tibiedad del sol, aparece de la nada un hombre con dos acompañantes, hombres también, detrás de él. Parecía arrogante y tenía un aire autoritario, con un mostacho bien cuidado.

A primera vista, y con sus manos en su cintura, imponía el respeto del miedo. Se podía intuir que no era algo bueno toparse con él.

-¡Paren!- nos gritó con su voz firme y gruesa –Ustedes basuras ¿Qué asunto tienen aquí?

Todos estábamos desconcertados, la mayoría no sabía hacia dónde nos dirigíamos y los que lo sabían simplemente guardaron silencio. Hubieron unas 3 personas incluida yo, que queríamos pasar lo más desapercibidas posible y no pronunciamos palabra alguna.  

El que parecía el jefe de los otros se fijó en una mujer de melena crecida color azabache y le preguntó casi escupiéndole a la cara -¿es un asunto Federal acaso?-. La mujer, se notaba, no tenía idea de lo que le preguntaban así que solo atinó a negar con la cabeza en forma de demostrar su ignorancia.

Con respecto a la respuesta que obtuvo el “jefe” pareció enojarse, se alejó cinco pasos haciendo ademán de marcharse pero, en el último segundo, dio media vuelta, sacó su arma, antigua pero letal, y disparó a otra mujer que nada había hecho – si no es un asunto Federal ¡váyanse de aquí!.. Si no quieren morir-agregó y después de decir aquellas palabras se marchó enojado y gritándoles a sus acompañantes.

Nosotros, por supuesto, continuamos nuestro viaje hasta llegar a una especie de cabaña, y digo “especie” ya que una vez entrabas en ella te dabas cuenta de que era todo una sola pieza con unas 20 camas individuales pegadas en los constados, unas frente de las otras.

El lugar se notaba como un campo lleno de cabañas, todas iguales, ubicadas al azar por el terreno (y es que ni siquiera alineadas), con un baño comunitario para todas las personas y ninguna ducha, y la cocina… solo Dios sabe si había una y si la encontraríamos.

Entré sola en aquella cabaña seguida solo por mi “amigo” de la misma edad. ¿Qué era ese lugar? ¿Por qué fui llevada ahí? ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Por qué ese hombre mató como si nada a una persona? ¿Quién es este chico detrás de mí el cual vigila todos mis movimientos? Tenía tantas preguntas pero solo una respuesta: debía seguir mi instinto y… pensar.

Caminé dentro de la única pieza y comencé a recorrerla. Estratégicamente me posicioné en la entrada y caminé hacia dentro fingiendo tener un arma en la mano, apunté una cama “esa no” pensé “descartada”. Trataba de pensar como aquel sujeto que disparó a quema ropa y a qué le dispararía él apenas entrara en la habitación.

-Ahora tú- le dije al hombre que me acompañaba –si entras en esta habitación, ¿a quién matarías primero?- Me quedó mirando sorprendido pero pronto adivinó  mis intenciones. Hizo  lo mismo que yo: caminó hacia la entrada y después de dos pasos disparó hacia arriba, luego hacia los lados con ambos brazos extendidos. Ahí me di cuenta que había una cama tipo hamaca colgando sobre la entrada. Definitivamente el me sería de mucha ayuda.

-Decidido entonces, dormiré aquí- dije y elegí una cama a la izquierda, la segunda desde fuera hacia adentro. Una vez elegí mi cama, mi “amigo” se fue de la habitación dejándome desempacar.

Mientras estaba sola en la cabaña me di cuenta de varías cosas más, algunas obvias y otras guiadas por mis deducciones. Primero; las camas de la izquierda estaban designadas a las mujeres mientras que las de la derecha a los hombres, segundo; éramos una de las tantas comunidades en aquella “población”, tercero; aquél “amigo” estaba ahí para ayudarme y cuarto; algo me decía, debía sobrevivir.

En donde me encontraba era un lugar peligroso en el cual si no se trataba de un asunto “Federal” te podrían matar, mejor dicho te mataban y ya.

No sabía por qué fui mandada allí pero una de las posibles respuestas era que éramos peligrosos o éramos una molestia, como sea, vi mis maletas y encontré varias cosas inservibles: vestidos, falsos, joyas dentro de un enorme joyero, zapatos grandes, botas pesadas y muchos tacos. Se notaba que era una señorita de sociedad, educada para bien, con valores y modales, que ahora me servirían. Resolví que debía irme de ahí, debía escapar y para eso debía deshacerme de cosas.

Tome un morral y dentro eche ropas livianas y solo dos gruesas, no tenía muchas así que cupieron sin problemas, lo que si era molesto eran las botas, ni una cabía, así que las devolví a la maleta para dejarlas atrás. Vi el joyero enorme y supe que era especial, recordé que mi madrina me lo había regalado y que le tenía mucho cariño, era una caja grande y bien decorada pero, tenía que dejarla. Tomé mis joyas y las guardé en una bolsa de tela que hallé dentro del morral, podrían servirme de algo.

Ahora tenía todo lo que necesitaba en mi morral, solo quedaba una cosa: mi cabello. Me llegaba un poco más abajo de la cadera pero ahora quedaría un poco más abajo de mis hombros. Con esto hecho rompía la costumbre de llevar el pelo largo que seguían las personas de dinero

Ya no era más una dama de elite, si no que una simple muchacha. Ya no tenía vestidos caros, solo uno viejo que no llamaba la atención, sencillo y sin detalles relevantes, eso y pantalones que planeaba pedirle a mi acompañante, mi cabello ahora corto y zapatos cómodos, solo restaba planear la huída.

En eso entra mi “amigo” –Señorita pero, ¿Qué hizo?- grita horrorizado apenas me ve, la sorpresa en sus ojos era palpable.

-a partir de ahora no soy más “señorita”, soy solo tu amiga-”.